miércoles, 21 de marzo de 2018

El máster por montera

Me desayuno una la noticia de el diario.es; resulta que la presidenta Cifuentes tiene un máster aunque, supuestamente, es un regalito de la Universidad Juancar I.


Resulta que la supuesta impostora cursó un máster allá por 2011 y no se presentó a dos asignaturas, por lo que en su expediente figuraba el habitual no presentado. Resulta también que un par de años después la supuesta farsante recibió una calificación de notable en ambas asignaturas sin que mediara nueva matrícula para poder cursarlas. Y resulta que un minuto después. según figura en los antecedentes académicos, la supuesta embaucadora entregó y obtuvo el apto en su trabajo fin de máster. Resulta también que la (a lo peor también supuesta) universidad JC I (financiada por la comunidad de Madrid) estaba regida por Fernando Suárez (el rector del copia-pega), supuesto catedrático de historia del derecho y supuesto investigador medievalista que, supuestamente, contrató a "a dedo" y sin, supuestamente, cumplir los requisitos a María Cifuentes, hermana de la supuesta mentirosa para ejercer de profesora de Historia Contemporánea en la Juancar un palito.

Muy bien tendrán que aclarar las partes presuntamente implicadas este embrollo en el que hay más sombras que luces la propia supuestamente falaz Cifuentes, la administrativa que se fotografió con ella cuando le dio el título supuestamente amañado, el profesor que supuestamente ordenó a la administrativa que cambiara las notas y de cuyo nombre no quiere (supuestamente) acordarse, el equipo docente del máster, la comisión que valorara (si lo hizo) el trabajo fin de máster, el profesorado de esas dos asignaturas supuestamente mutantes, sus compañeros y compañeras de maestría...

No suelo pregonarlo por ahí, pero tengo un máster y dos cursos de especialista universitario y sé lo que cuesta obtenerlos y no precisamente en favores sino en esfuerzo. Esfuerzo personal para superar las asignaturas y construir un trabajo fin de máster coherente, original y útil; esfuerzo económico pues si bien, en mi caso, obtuve sendas becas, tuve que viajar a Madrid durante varios años.

Conozco alumnos y alumnas de máster, en su mayoría jóvenes recién graduados, también profesionales cualificados que persiguen mejorar sus cualificaciones y sé el esfuerzo personal y económico que supone para ellos y para sus familias. Y conozco a muchas familias que no pueden pagar el máster a sus hijos y a muchos profesionales que tampoco pueden hacerlo para su promoción laboral.

Por todo eso, por el esfuerzo de tantos y tantos alumnos alumnas de máster, por el sacrificio de sus familias y por el prestigio del sistema universitario español (ya sólo nos falta que también la Universidad entre en el ventilador de la corrupción generalizada), se debe aclarar este turbio asunto antes de que se pudra más y exigir las responsabilidades personales, profesionales y políticas necesarias e ineludibles.

¿A que la que cae es la administrativa del selfie?

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