lunes, 11 de febrero de 2013

El fariseo


Se lució Joan Rosell, el actual capo de la CEOE, cuando, el jueves pasado, mandó a los funcionarios a sus casas para ahorrar en papel y teléfono; se lució cuestionando el elevado número de parados en España o defendiendo los minijobs en los que pondría a currar a sus familiares, aunque no se conoce el caso. El fariseísmo que ejercen los jerifaltes del solar patrio les hace opinar de todo menos de lo suyo, que es para lo que están, y aplicarnos ruedas de molino cuando ellos tienen el derecho a irse de rositas de todo. Hoy ha saltado a las ondas la noticia de que su mano derecha, vicepresidente de la CEOE, presidente de la patronal madrileña y amiguete y compañero de cole de Esperanza Aguirre y..., Arturo Fernández, paga en negro a sus trabajadores (supuestamente, claro está); este ejemplar (por lo que tiene de modelo de su casta) empresario, también se ha permitido ejercer de fariseo en no pocas ocasiones, amparado por su posición y amistades (el Rey, altos políticos conservadores...) y ha inspirado esa especie de barra libre para los ERES y los despidos que es la reforma laboral vigente. Pero claro, el cuñado de Díaz Ferrán (ex-presidente de la CEOE y actualmente en prisión por no pocos chanchullos empresariales), puede hablar de lo que se le antoja, lo mismo que Joan Rosell, faltaría más.


Yo también. Y como el señor presidente de la patronal no lo va a decir, lo diré yo: en este país lo que sobran, los que tienen que irse a casa avergonzados son los empresarios corruptos, defraudadores y mangantes que han hecho, junto con la panda de políticos de la misma calaña y la camorra de banqueros de iguales intenciones, que estemos con el barro hasta el cuello y sin ninguna esperanza. ¿A su casa? corrijo: ¡a la cárcel!

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