jueves, 8 de noviembre de 2012

Tocho y Candi


Me encanta la fotografía de EFE con la que se ilustra la de la extraña familia (Maribel estará entre el público, supongo) en el acto para llamar a la huelga general del 14 N. En ella vemos a los ¿líderes? sindicales de comisionEX-obreras (lo escribo con la acritud y el derecho que da llevar afiliado a la cosa más de un cuarto de siglo) y UGT. Los cuatro, el matrimonio nacional y sus vástagos regionales, posan con el semblante serio y la pose que requiere la ocasión: mirando hacia atrás y dando la espalda a la afiliación en particular y a los obreros en general.

Siempre que los veo, en una cosa de estas o a la cabeza de una manifestación se me ponen los pelos de punta porque los identifico como una parte fundamental del sistema corrupto y subdemocrático que sufrimos, colaboradores necesarios de la situación actual: conniventes con los gobiernos a cambio de subvenciones con destinos poco claros, participantes silenciosamente interesados en los consejos de administración de las cajas que nos han llevado a la ruina... Sobrepasados por el movimiento ciudadano que no controlan y muleros de un movimiento sindical que siguen controlando porque la estructura está hecha de favores debidos y de deudas por pagar y la base se escapa en cuanto los reconoce.

Sindicalistas profesionales, a la manera americana, que han olvidado su condición de obreros porque hace tanto que lo fueron que ya no tienen otra empresa a la que volver que el propio sindicato del que han obtenido estatus y prebendas. Empresarios sindicales que aplican eres salvajes a sus propios trabajadores y nombran para negociarlos a testaferros fieles que utilizan métodos, presiones y amenazas propias de la patronal a cambio de un puesto sustitutivo de los que han despedido y utilizan a sus mejores abogados para su parte patronal en vez de para defender a los trabajadores.

Tocho piensa en la reelección y será reelegido porque el sistema, como en cualquier partido político, está controlado por fuerzas internas que impiden la llegada a los congresos de la disidencia individual y cercenan los intentos de la organizada. Méndez no lo sé, pero lleva tanto tiempo al frente de lo suyo que, efectivamente, parece lo suyo.

Y pese a ellos, me movilizaré el 14 N y en cuantas otras ocasiones haya que movilizarse contra un sistema que me ahoga; lo haré porque también me movilizo contra ellos, porque no me representan y quiero que se vayan enterando.

Me despido amable, con un artículo de Juanjo Millás (titulado por qué no se casan) y con tres dibujos de Mingote, con el que, a pesar de la distancia ideológica, me une la querencia por esta extraña familia.


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