sábado, 17 de marzo de 2012

Requeteflexiones sobre la huelga



Como sindicalista de toda la vida llevo unas semanas alucinando en colores: ¿pues no va el presidente del gobierno y nos convoca una huelga general en directo y por la tele? Increíble pero cierto, tanto como que los ¿líderes? sindicales (¡menudo trío de sosos que se me han colado en estas primeras líneas!) que dicen representar a los trabajadores van y la convocan ¡con un par, sí señor!

Motivos haylos, más que sucifientes, lo reconozco, pero nadie me discutirá que ya estábamos avisados ¿o todavía hay personal que votó sin conocer los currículos ocultos de los partidos (y digo los porque lo tenían, lo tienen, tanto el PP como el PSOE, tanto monta, pese a que ahora los segundos se suban al carro de la solidaridad obrera sin apearse del haiga que conduce el chófer de capitalistas unidos sin fronteras). Así que el argumento de que han engañado a los españoles es mentira (o verdad, según se vea, porque a los españoles nos llevan engañando desde que adorábamos a Endovélico y no lo éramos todavía -españoles, que ilusos ya debíamos serlo un rato-).

Los presupuestos amenazadoramente restrictivos que vestirán de largo los votos andaluces, tampoco son un argumento  porque no los conocemos, nos los tememos pero salvo Mariano que los ha copiado, la Merkel, que los ha dictado y Montoro que los ha sumado (o, mejor, restado) nadie más sabe el alcance del ajuste que a modo de torniquete va a atenazar nuestras pelotas en 2012 y siguientes. ¿Habria que haber esperado a su publicación en BOE con la firma de su graciosa?

Emplear tesis corruptas desmoviliza, así que explíquese bien la reforma laboral que tiene a los grandes empresarios cantando por alegrías, denúnciense los recortes que ya se han apñicado en la cosa pública, exíjase que los bancos pasen por el tercio de varas las tres vexes reglamentarias y una más de mi parte y convóquese no una sino una docena de huelgas generales cada semana, pero, por favor, sin tomarnos el pelo.

A todo esto, leo en la prensa de hoy que los catalanes, amén de otros recortes, se van a dedicar a joder a los funcionarios cambiándolos de sitio y que los valencianos van a por los docentes tocándoles las vaccaciones, entre otras gónadas, y aumentando el calendario escolar para mejorar el nivel académico de la ciudadanía, cosa muy necesaria, por cierto, a la vista de los políticos que eligen en los últimos tiempos en levante. Iniciativas con estas a unos días de una helga genera lson un plus movilizador por lo que no me extrañaría nada que a los gobiernos de una y otra comunidad les interese más que sus funcionarios hagan huelga que a los propios afectados y es que un día de ahorro del sueldo funcionarial puede venir de perlas para dilapidarlo en el campeonato mundial de fórmula 1 que alternativamente organizarán las respectivas capitales autonómicas. Y es que, como mi admirado José Ángel (Biel), nos escatiman el pan para darnos circo (y por detrás a la vez) con alegría.

¿Haré huelga general? Me encantaría responderme que no, que voy a ir a trabajar y que donaré los 100 éuros que no me descontarán a la asociación de productores de espinacas, verdura que no le gusta a Rajoy, porque así lo fastidiaré más que haciendo la huelga, Pero, seguramente sí, haré huelga porque nos sobran los motivos, porque si pinchamos en esta (y los ¿líderes? sinciales parecen empeñados en ello) ya no levantaremos cabeza hasta que llegue la revolución obrera del siglo XIX que ya fue y porque aunque me canse de sacarles la cara a los sindicatos, creo que otro sindicalismo es posible.

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