jueves, 11 de agosto de 2011

Rhin, Ebro y Spree


La geografía dice que el Ebro es el río más caudaloso de España; el acalde Belloch también lo debió de estudiar en la escuela, aunque, tal vez se perdió la clase en la que se estudiaba el régimen de los ríos mediterráneos, que, a diferencia de los correspondientes al clima oceánico y continental, padecen irregularidades a lo largo del año, sufriendo largos estiajes y grandes crecidas. Pretender tirar al agua del Ebro un barco, aunque sea de poco calado, durante el estiaje estival es una temeridad que sabíamos, al menos, todos los que hemos vivido en la ribera, menos las partes interesadas en el asunto (técnicos y políticos), a lo peor precisamente por eso (por lo de parte interesada, aclaro).

Da gusto ver pasar el Rhin por Colonia o el Spree y sus canales por Berlín, los barcos de pasajeros, las barcazas de transporte, los muelles y su animación, el ambiente ciudadano... Vertidos, accidentales o no, aparte.

Pese a nuestra manifiesta incapacidad para la navegación fluvial, algo hemos aprendido de otros ríos europeos: a vivir de cara a ellos y a disfrutarlos, aunque sea a remo o a pie (porque el Ebro es navegable a pie y, aunque lo desconozcan los interesados, en mi pueblo el pontón dejaba de funcionar en verano porque podíamos pasar a Fuentes caminando por los vados.

Hasta mañana.



Hasta mañana.

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